sábado, 3 de septiembre de 2011

Es un martirio viajar a San Antonio y Ureña

(José G. Hernández)

San Antonio.- En 1987, el Gobierno hizo los primeros estudios de pre-factibilidad de lo que sería la autopista San Cristóbal-San Antonio-Ureña, la cual vendría a solventar el problema de congestionamiento vial de la actual vía y que, 24 años después, se ha multiplicado, sin que se vislumbre una solución a corto plazo.

El trazado tenía una longitud de 26 kilómetros, y un costo de 1.674 millones de bolívares. Partía de Copa de Oro - Peribeca - Capacho - Clemones - El Salto, con un túnel de 1,5 kilómetros a la altura de Capacho, desembocaba exactamente a la altura de la aldea Las Tienditas, donde conectaría con el tercer puente internacional. El estudio incluía el tramo San Antonio-Ureña, para recorrerla a 60 km/h, y constaría de 2 canales, con separadores y aceras peatonales.

El acceso desde San Cristóbal a Copa de Oro se efectuaría a través del tramo de la autopista San Cristóbal - La Fría. En los estudios de 1987 se estimaba que para 2007 (20 años después), la demanda vehicular estaría en 24.000 por día, recuerda José Rozo, hombre de frontera y exdirigente gremial.

Para ese entonces, los estudios arrojaban el retorno de la inversión para el año 2007, con unos ingresos de 2.085 millones de bolívares. El Estado recuperaría el capital por concepto de peaje, con tarifas entre 10,00 y 100, 00 bolívares de los antiguos. Todos los estudios de pre-factibilidad recomendaban el inicio, de inmediato, de los estudios de ruta, anteproyecto y proyecto, con miras a que la vía entrara en servicio antes de 1990.

En el año 1987, los estudios arrojaban que para 2007 (20 años después) la demanda no satisfecha alcanzaría, de no construirse una nueva vía, a los 1.600 vehículos por hora, cifra que corresponde al volumen de una autopista, con un trazado que permita recorrerla a 80 km/h.

La ruta actual San Cristóbal - San Antonio tiene una longitud de 37 kilómetros y es considerada una carretera rural, con una velocidad media de 30 km/h, con capacidad para 6.000 vehículos por día. En el pasado se especulaba que para el año 1978, la vía estaría saturada.

En el tramo San Antonio - Ureña, para la década de los años 80, el promedio de tránsito diario era de 4.645 veh/día. Hoy se estima en 6.040 veh/día.

La “capacidad de tránsito” de la vía San Cristóbal-San Antonio, por las condiciones del trazado y las características del flujo vehicular, no alcanza a los 800 vehículos por hora.

En los períodos picos, las velocidades de recorrido caen por debajo de los 25 km/h, traduciéndose en pérdida de tiempo y aumento de consumo de combustibles y lubricantes. De nada sirve desplazarse en horarios de circulación fuera de la hora pico.

Esas situaciones atentan contra el desarrollo económico de la región. La solución del problema es la construcción de una vía que absorba la demanda de vehículos, afirma el vocero. Desde el año 1980, ante el evidente deterioro de la vialidad, las autoridades de tránsito optaron por desviar el tráfico pesado por la ruta Rubio - San Cristóbal, orden que fue eliminada por el anterior comandante del Core 1, de la Guardia Nacional. Hasta los avisos del Ministerio de Transporte y Comunicaciones, ubicados en El Mirador y Peracal, los quitaron.

Faltó voluntad política

La vía San Cristóbal - Capacho - San Antonio tiene una capacidad máxima para 8.500 vehículos por día y en la actualidad, en el pico horario, llega a 14 mil vehículos por día. Los estudios y justificación de la autopista a la frontera de 1987, preveían un estimado de flujo vehicular para el 2007 de 24 mil vehículos por día, con un volumen máximo de 2.400 veh/hora, que sería absorbido por una autopista de dos canales por sentido, con una velocidad media de 80 km/hora.

La vía actual se ha intentado mejorar en infinidad de veces, pero sin éxito, recuerda Rozo. El costo de las mejoras y variantes planteadas y cortes, puede ser tan alto como el de una vía alterna. La solución lógica es la construcción de una vía alterna, una autopista. Asegura que la autopista San Cristóbal-San Antonio-Ureña no se construyó por dos aspectos: Falta de voluntad política y razones de seguridad y defensa para la época.

“Para 1990 se empezó a hablar, ya no de una autopista, sino de una carreterita o vía alterna a la frontera, entre San Cristóbal - Rubio - San Antonio - Ureña, pero hoy no tenemos ni lo uno ni lo otro, y con la declaratoria de emergencia por parte del presidente actual, quedó al descubierto que luego de más de 12 largos años de mandato, no tenía ni una pala para limpiar, las vías, y gracias a las empresas de la construcción, a quienes les arrebataron la maquinaria, y los equipos, podemos transitar, así el Gobierno y sus adeptos traten de adornarse con plumas ajenas”.

“Todos esperábamos que el actual Gobierno hubiese llegado a construir, pero llegó fue a limpiar, a aplicar pañitos de agua tibia y a 'ganar indulgencias con ave marías ajenas'. El próximo gobierno que se instale en el 2013, debe retomar la construcción de la autopista a la frontera y todos debemos ayudar para que esta sea, por fin, una gran realidad. Todos debemos fortalecer la integración nacional, y para ello se requieren vías modernas para integrar la frontera al centro y el centro a la frontera”.

---Tenemos los estudios, sólo hay que actualizarlos y ejecutarlos. Debemos apoyar la autopista de la integración nacional. La autopista a la frontera debe ser la magna obra para la segunda década de este siglo, dijo finalmente.

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